En las antiguas Grecia y Roma, llegar a ser una persona de avanzada edad era una desdicha, el temor a la pérdida de su funcionalidad y capacidades eran tales que las personas preferían morir antes de llegar a esta etapa. Sin embargo, dos filósofos de la época, Platón y Cicerón en sus obras enaltecían a la vejez, haciéndola sinónimo de sabiduría y experiencia. Por lo contrario, en el oriente, las personas mayores eran consideradas como dueñas de un gran conocimiento; al igual que en los pueblos indígenas, donde la persona mayor se le ve como sabía y experimentada. Ya que hemos descrito un poco más acerca de las creencias en distintos lugares del mundo antiguo, A continuación, les presentaré las más comunes en la conciencia colectiva actual.
1. "Los ancianos son percibidos como enfermos y con grandes dosis de discapacidad".
Falso, pues hay muchas personas mayores capaces realizar sus actividades diarias independientemente y sin problemas. A pesar de las diferentes enfermedades que las puedan acoger, se valen por sí mismas.
2. "Los ancianos son percibidos como carentes de recursos sociales, lo que los hace estar solos y deprimidos".
Hoy en día, hay programas sociales que velan por el bienestar de los adultos mayores. Los integran y los hacen participes de diferentes actividades en las cuales comparten con más personas de su misma edad. Con esto, se logra disminuir el alejamiento de su grupo social, que sientan soledad o que sufran de depresión.
3. "Los ancianos son percibidos con deterioro cognitivo y trastornos mentales".
Otra idea errónea. Si bien en la vejez se presenta una disminución intelectual, no es lo mismo que un deterioro patológico. Los adultos mayores suele desarrollar plasticidad y reserva cognitiva para un mejor adaptación funcional en su medio, lo que conserva algunas de sus capacidades.
4. "Los ancianos aparecen como psicológicamente rígidos e incapaces de adaptarse a cambios".
Las personas mayores pueden ser tan flexibles y adaptatativas como una persona joven, pues,
sus vivencias y experiencias les brindan fortaleza psicológica y reafirma su personalidad y estabilidad emocional.
sus vivencias y experiencias les brindan fortaleza psicológica y reafirma su personalidad y estabilidad emocional.
Referencia: Rodríguez, Karen. (2010) Vejez y Envejecimiento. Escuela de Medicina y Ciencias de la Salud.
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